La materia prima utilizada es acero estructural, tratado con un proceso de galvanización que lo protege ante la corrosión y un proceso de pintura al horno que da su acabado y garantiza la durabilidad del material e impidiendo su decoloración con el transcurso del tiempo.
El acero se encuentra bobinado y es llevado junto con la maquinaria al sitio para ser formado a medida, posteriormente los arcos son engargolados por medio de un robot e instalados. Este proceso en conjunto es sumamente rápido.